2024

La navidad de antes.

Ferrandiz.

Las noches se hacían frías y húmedas. Las rejas de la ventana goteaban agua, aunque no hubiera llovido. Alfonsito pegaba la nariz al cristal helado y entornaba los ojos para mirar entre las rendijas de las persianas. Todo estaba blanco, cubierto de rocío. La cercanía del mar siempre impedía la nieve.

Después de oler a café negro, tostadas con aceite de oliva y sardinas arenque, salía a las afueras de la casa. Blanco. Las telarañas entre la hierba formaban figuras geométricas espectaculares con las gotitas minúsculas del rocío, como si fueran collares de perlas. Sentía que estaba vivo. Me fascinaba ver cómo el aire caliente de mis pulmones se condensaba en el frío de la mañana. Humo. Yo echaba humo como un dragón.

Volvía a entrar en casa. Aquella mañana era especial. Aunque faltaba una noche para la Nochebuena, ya tenía mis regalos de Reyes, escondidos en secreto para que los vecinos no los vieran. Solo podía sacarlos el 6 de enero, pero yo ya los tenía.

Uno de ellos eran unos prismáticos de verdad, no de plástico como los de los Hermanos Perea. Olían al silicato que traían para no humedecerse, y mi madre y yo nos escondíamos detrás de la ventana para ver a mi padre llegar desde lejos. En aquellos días, soñaba con inventar algo parecido a lo que hoy conocemos como la webcam. Mi idea era tender un hilo entre dos vasos de yogur para hablar con mi padre y verlo con los prismáticos. Pero necesitaba varias personas que mantuvieran tenso el hilo durante la conversación, y nadie se ofrecía.

El otro regalo era un libro: Guía del firmamento, las estrellas y los planetas. Era precioso, pero no entendía mucho. Solo los mapas de las pastas me fascinaban. Por las noches, salía al patio, bien abrigado, y a escondidas comenzaba a escudriñar el cielo con los prismáticos. Mis padres me acercaron al cielo gracias a la óptica.

La Nochebuena era un evento familiar. Mi tía y mi abuela llegaban, y la casa olía a pestiños. Mientras tanto, yo me quedaba embobado viendo Heidi en blanco y negro en la tele. La cena era sencilla pero especial: huevos duros con mayonesa, un pimiento morrón y una anchoa. Me encantaba el colorido patriótico del plato. Puede parecer una tontería, pero para mí era un manjar. Aún hoy, cada vez que lo preparo, recuerdo a mi madre y las cosas que le gustaban. De esa manera, tengo muchas Nochebuenas al año.

Esa noche dormía mal, en una cama mueble, no en la mía. Pero al estar más cerca del suelo, Mipe, mi perro, se subía a mis pies y dormía conmigo.

Al día siguiente ya era Navidad. No había Papá Noel; somos andaluces, aquí mandan los Reyes Magos, digan lo que digan. Salía a la calle a jugar, a cambiar tebeos de Mortadelo y Filemón con mi vecino, a corretear, a jugar al trompo y a leer mis pequeños libros de la editorial Bruguera bajo el sol.

Hoy, cuando recuerdo aquellos días, me doy cuenta de que he crecido. He ganado mucho, pero también he perdido. Me gusta la Navidad. Soy cristiano y tengo claro lo que representa: el nacimiento de Jesús, el libertador, que cada año trae luz a la humanidad, crece y nos regala las Bienaventuranzas, para hacernos a todos iguales y traernos el Reino. Por eso me entristece el montaje comercial que han hecho de la Navidad.

Me duele esta época, no por su significado, sino por los días que faltan, por las ausencias. Lo siento, pero no puedo ser completamente feliz. ¿Qué es la Navidad sin mi abuela? ¿Sin mi madre? He pasado dos Navidades recientes en hospitales. Sin embargo, allí te das cuenta de que, a pesar de todo, la gente intenta ser feliz. Incluso con la enfermedad, se sonríe. Los adultos enfermos se ilusionan y hasta lloran cuando llegan los Reyes Magos. Recuerdo cómo a mi hermana le regalaron una radio, y cómo el hospital ofrecía comidas especiales y una cestita con polvorones y dulces. El Servicio Andaluz de Salud se porta muy bien en esos momentos.

En fin, haré de tripas corazón y sacaré una sonrisa desde lo más profundo de mi alma, algo en lo que me he vuelto experto, para vivir la Navidad lo mejor posible. Qué remedio. O te subes al tren, o te quedas abajo.

Gracias a quienes me leen pacientemente. Que paséis una Nochebuena maravillosa.

La navidad de antes. Alfonso. 24 de diciembre de 2008.

Nota: 22 de diciembre de 2024. A mi hermana le quedaban dos meses de vida, a mi padre no se lo había llevado la COVID y mi tía Pepi vivía aún. Pero a pesar de todo, en 2024, sigue siendo navidad y tendremos, tendréis, una Nochebuena maravillosa.

Ferrandiz

María dio el grito que abrió las puertas del mundo.
Era verano. La conjunción brillaba sobre el cielo.
En el establo, nació Enmanuel.
Nació rey.
Pudo haber nacido en palacio.
Pero ya sabemos lo que le ocurren a las gentes que viven en palacio.
El nació en el establo y nació rey.
Nació para crecer. Para hacerse niño.
Para perderse en el templo.
Para encontrar en el río a aquél que saltó en el vientre de su madre.
Para recorrer las aldeas buscando a sus amigos.
Para hacer feliz a mamá en una boda.
Para en la montaña, anunciar que otro mundo es posible.
Para multiplicar pan y peces.
Para a latigazos, poner orden en la Iglesia de entonces.
Para contarnos cuentos de justicia social.
Para enseñarnos a compartir mientras cenamos.
Para enseñarnos a hablar con el Padre Nuestro de todos y de todas.
Para tener miedo como nosotros.
Para morir como nosotros.
Y para resucitar como nosotros.
María parió al rey.
Era verano. Y aún hoy, si no míralo por las tardes,
la conjunción,
Venus y Júpiter,
sigue brillando en el cielo.

Ferrandiz

Huida a Egipto

Vilma Iris Peraza, 28, a migrant from Honduras, with her two children Adriana, 5, and Erick, 2, after being deported to Mexico on Thursday. Photographs by Daniel Berehulak Published March 19, 2021 nytimes.com

Cuando se marcharon, un ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: —Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y quédate allí hasta que yo te diga, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo. Él se levantó, tomó de noche al niño y a su madre y huyó a Egipto. Allí permaneció hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que dijo el Señor por medio del Profeta: De Egipto llamé a mi hijo. Entonces, Herodes, al ver que los Magos le habían engañado, se irritó mucho y mandó matar a todos los niños que había en Belén y toda su comarca, de dos años para abajo, con arreglo al tiempo que cuidadosamente había averiguado de los Magos. Se cumplió entonces lo dicho por medio del profeta Jeremías:

  • Una voz se oyó en Ramá,
  • llanto y lamento grande:
  • es Raquel que llora por sus hijos,
  • y no admite consuelo,
  • porque ya no existen.5

Estuve preso y viniste a verme

El Papa Francisco visita a los presos del Instituto Correccional Curran-Fromhold de Filadelfia, en Estados Unidos. Derechos de autor Vatican Media.

Porque tuve hambre y no me disteis de comer; tuve sed y no me disteis de beber, fui extranjero y no me recogisteis, estuve desnudo y no me cubristeis, enfermo en la cárcel y no me visitasteis.

De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos, tampoco a mí me lo hicisteis.

Jesús es clarísimo dando sus mensajes. Él está en el prójimo y si no tratas bien al prójimo, no tratas bien a Jesús.

En la Pastoral Penitenciaria de Jerez lo tienen clarísimo. Por eso, trabajan día a día en el acompañamiento de las personas presas de la Diócesis de Jerez Asidonia.

Como cada año, visitan Frontera Radio y quien escribe, tiene la suerte de entrevistarles y escuchar su testimonio que comparto con ustedes.

Una nueva esperanza

El blog de Alfonso Saborido.

Hoy he hecho las cuentas y llevo en el mundo de la blogosfera desde el año 2007, aunque me conecté la primera vez a internet en 1995 o por ahí, ya no lo recuerdo.

Han cambiado mucho las cosas en las redes, desde aquellos blogs personales hasta hoy en las redes sociales. Mirando hacia atrás me he dado cuenta de si hemos avanzado mucho en tecnología, hemos perdido mucho en calidad y en visibilidad. Antes, internet era una ventana al mundo. Hoy lo es sólo si pagas. Y depende la cantidad que pagues, esa ventana será más grande o más pequeña.

Estás sometido a la dictadura moral de la red social donde nos integremos. Algunas son un verdadero estercolero de insultos y acosos personales, con el beneplácito de Elon Musk, dueño de X.

Otras, como Facebook o Instagram, son irreales. No te ve ni Dios si no pagas, aunque tú te creas que sí. O pagas, o estás creando contenidos a diario a la búsqueda de ‘me gustas’.

Leer más

Lorem Ipsum

Lorem Ipsum

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit. Pellentesque dictum, quam vel cursus egestas, elit enim pellentesque tortor, et fringilla lorem metus sit amet nulla. Aliquam vitae sapien id mi fringilla tristique. Morbi sit amet imperdiet justo. Donec eros lectus, mattis sit amet molestie eu, luctus eget est. Sed nunc augue, dapibus vel dolor id, egestas sagittis ante. Aenean eu elit vitae magna tempor varius vitae laoreet massa. Fusce eget augue at elit semper efficitur et quis arcu. Nam faucibus condimentum lobortis. Aliquam arcu augue, suscipit non condimentum ac, euismod at risus. Vestibulum ac venenatis magna, at mollis orci.

Ut accumsan tortor eget euismod condimentum. In vitae rhoncus magna. In ut fermentum ante, sed feugiat est. Phasellus pharetra iaculis tempor. Quisque ac consectetur lacus. Etiam id velit vel lorem cursus porttitor. Praesent nec nunc felis. Praesent nec mauris quis eros rhoncus pulvinar at eget nulla. Morbi ut mauris vel sapien tempus mattis a quis leo. Praesent sagittis, arcu eu venenatis finibus, turpis tellus faucibus justo, eu fermentum nunc neque vitae velit. Nulla non vestibulum felis, eget lobortis felis. Suspendisse pellentesque est sem. Vestibulum vel arcu in quam euismod malesuada. Fusce ultricies libero eu commodo mollis. Aliquam erat volutpat.

Nullam aliquam non massa ut vehicula. Ut facilisis purus sit amet orci pulvinar luctus. Aliquam volutpat vulputate sem, id tempus nisl. Cras auctor et ex ac condimentum. Pellentesque felis tortor, volutpat quis ullamcorper eu, vestibulum id quam. Vestibulum tempus fermentum dui, vestibulum scelerisque neque mollis ac. Mauris sed risus eu arcu rutrum sodales vel vitae massa. Phasellus euismod blandit massa, nec finibus orci hendrerit eget. Aliquam pharetra nisi nunc, ut posuere erat scelerisque non. Quisque at sollicitudin risus, nec tincidunt augue. Proin non semper magna, nec scelerisque ipsum. Aenean suscipit tortor eu blandit viverra.

In tempus gravida lacus, in pretium erat ullamcorper a. Proin sodales ante in lectus convallis maximus. Sed viverra tempor consectetur. Phasellus dui tellus, porttitor ut egestas ac, ullamcorper vel ante. Praesent vitae sagittis turpis. Nam tellus risus, iaculis at consequat nec, laoreet eu enim. Nulla vehicula risus leo, vel vulputate ipsum fermentum ac.